11 Ago ¿Qué pasa después de la denuncia?
La violencia sexual dirigida a niñas, niños y adolescentes, en particular en la modalidad de abuso sexual, es una problemática social que va en ascenso, con graves consecuencias físicas, emocionales, sociales, no solo para las víctimas en forma directa, sino también para su entorno cercano, familiares y personas encargadas del cuidado. Cada día se registran alrededor de 9 denuncias. Sin embargo, no existen políticas públicas efectivas para el resarcimiento a las víctimas.
Solo el presente año, en Paraguay de enero a mayo del año 2025, el Ministerio Público atendió 1305 casos de abuso sexual en niños, es decir 8 a 9 víctimas por día. Los departamentos con más denuncias de Abuso Sexual en niños son: Central con 465 casos, Alto Paraná 176, Asunción 110 e Itapúa 102.
Esos datos solo reflejan los casos denunciados, hay muchas personas que no cuentan con las herramientas, el apoyo, ni las posibilidades para realizar la denuncia, y lo hacen tiempo después o nunca lo hacen. Existen casos de abuso sexual que fueron descubiertos solamente porque se produjeron embarazos, en consecuencia, son niñas obligadas a asumir la maternidad. Esta es una problemática muy grave, en la cual la niñez y la adolescencia se encuentran desprotegidas ante la violencia sexual en nuestro país. Más aún considerando que el 95% de los abusos sexuales ocurren en entornos de confianza, involucrando a personas cercanas y respetadas por las víctimas, quienes deben ser un entorno seguro y de cuidado para niñas, niños y adolescentes.

Dicha problemáticas no está siendo tratada, de manera a subsanarlas. Existe un vacío en la intervención en casos de abuso sexual. Esto quedó al descubierto con el caso de Melania, niña oriunda de Yegros, Caazapá, que ha conmovido al país entero. La misma había sido víctima de abuso sexual. Su agresor había sido condenado por el delito, pero la justicia otorgó su libertad condicional, sin realizar seguimiento alguno para garantizar la integridad de la niña, pues el mismo fue a vivir a metros de la vivienda de la misma, quedando en absoluta desprotección.
Este caso es una muestra de que las instituciones estatales no brindan atención integral a las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual en nuestro país. Las víctimas y sobrevivientes no son asistidas para resarcir el daño, el cual puede ser físico y psicológico, pero también con un gran impacto en su familia y su entorno social.
Mientras las políticas y leyes propuestas en el Congreso solo tienen un enfoque punitivo no se piensa en las víctimas, ¿cuáles son las políticas de resarcimiento para la persona que sufrió la violencia?
Este año la campaña del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia busca generar un compromiso colectivo en la prevención, detección temprana y denuncia del abuso sexual infantil y adolescente. Se ha avanzado en visibilizar la problemática, en instar a la denuncia y la detección temprana, pero nos preguntamos: ¿Qué pasa después de la denuncia?
En la atención de justicia deberían haber dos caminos, la atención integral a la víctima y el proceso para el agresor. Es hora de pensar conjuntamente en cuáles son las políticas públicas necesarias para que cada niña, niño y adolescentes víctima y sobreviviente de violencia sexual pueda recibir resarcimiento, justicia y protección.